ADAPTARSE A LA
VUELTA AL COLE
La vuelta
al cole de los niños más mayores no suele plantear ningún problema,
salvo si hay cambio de escuela o si es el primer año de escolarización; en
estos casos, harán una nueva adaptación, que será más o menos fácil dependiendo
de la personalidad del niño.
Es bastante frecuente la consulta, en los primeros meses de curso, de niños con dolores abdominales o vómitos matutinos que son la manifestación del miedo al cambio, a un ambiente nuevo, a crear nuevos amigos, miedo a no ser aceptados.
Nuestra actitud ha de ser de mucha tranquilidad, que sepa que entendemos lo que le pasa y estaremos ahí en el proceso de adaptación.
Es bastante frecuente la consulta, en los primeros meses de curso, de niños con dolores abdominales o vómitos matutinos que son la manifestación del miedo al cambio, a un ambiente nuevo, a crear nuevos amigos, miedo a no ser aceptados.
Nuestra actitud ha de ser de mucha tranquilidad, que sepa que entendemos lo que le pasa y estaremos ahí en el proceso de adaptación.
Cuando se
regresa del verano donde no hay tiempos establecidos, estructurados... la
organización es fundamental. Cuando llegan a la escuela, los horarios que están
estructurados de una determinada manera generan un cambio necesario.
Los niños
necesitan estructurar su tiempo porque aunque es necesario que tengan días
libres como los fines de semana o las vacaciones, organizar el tiempo es una
tarea muy recomendada y poco a poco adaptarse a los diferentes espacios y
tiempos.
Los más pequeños
Y, ¿qué pasa
con los más pequeños? La entrada a la escuela infantil o al cole por primera
vez supone un cambio muy importante para el niño, es su salida
al mundo, deja las relaciones familiares y unos espacios que conoce, donde se
siente seguro, para encontrarse en otro espacio, con adultos desconocidos y con
otros niños. Se siente solo, abandonado, con miedo.
Pero el período de adaptación que se inicia ahora no es solo para el niño, también es para vosotros padres; los llantos, la irritabilidad, la primera enfermedad, desataran de nuevo las dudas: ¿hemos hecho bien en escolarizarlo?, ¿no será muy pequeño?, ¿vamos a estar todo el invierno así?
Afortunadamente al otro lado nos encontraremos con unos profesionales que van a ayudar al niño y a sus padres a que el proceso sea lo más fácil.
Pero el período de adaptación que se inicia ahora no es solo para el niño, también es para vosotros padres; los llantos, la irritabilidad, la primera enfermedad, desataran de nuevo las dudas: ¿hemos hecho bien en escolarizarlo?, ¿no será muy pequeño?, ¿vamos a estar todo el invierno así?
Afortunadamente al otro lado nos encontraremos con unos profesionales que van a ayudar al niño y a sus padres a que el proceso sea lo más fácil.
Llegado el momento de empezar el curso, ¿qué podemos hacer?
- Si dos o tres
días antes de volver a clase hemos ido recuperando la rutina diaria (los
horarios de sueño y comidas, etc.), el cambio no será tan brusco y el periodo
de adaptación se le hará más llevadero.
- No
tengáis prisa por la mañana. Se
aconseja, si es posible, reservar unos días de vacaciones para la adaptación,
eso facilitará que os levantéis tranquilamente, le lleváis al cole y así
podréis ir también a recogerlo, con disponibilidad de horario para su
incorporación progresiva. Esto le dará seguridad.
- Al dejarle en el aula, la despedida debe ser corta y sin ningún tipo de engaño ni mentira piadosa: «no llores, cariño, que voy a comprar el pan y vuelvo en cinco segundos». No os vayáis a escondidas, pero tampoco alargando la despedida porque vuestra angustia no os permite la separación. Tampoco entregadle con un "aquí te lo dejo", por prisas o "porque no quiero verlo llorar". Haced la despedida sin mentiras, con seguridad y alegría.
- Hay que
despedirse siempre y con tranquilidad (no salir corriendo al verle distraído) y
transmitirle la sensación de que no pasa nada.
- Cuando el
niño vuelve a casa, sobre todo los primeros días, conviene que le demos una
ración extra de atenciones y juegos. Así se dará cuenta de que perder, no ha
perdido nada y, sin embargo, ha ganado todo lo que de divertido tiene la
escuela.
- No debemos
preocuparnos si, además de los lloros, regresa algún trastorno ya superado:
dificultad para conciliar el sueño, menos apetito, más irritabilidad... Es algo
pasajero.
- Al recogerlo todas las muestras de cariño del mundo y permaneced un rato allí, hablad con la maestra con una sonrisa, que os vea y os sienta feliz.
- Luego, a lo largo de la tarde, hablad del cole, jugad, etc.
- Y así sucesivamente a lo largo de los próximos días.
- Confiad en el equipo, hablad con los profesionales de la escuela sobre dudas o si observáis cambios: más llorón e irritable, problemas con el sueño, etc…
- Lo más recomendable es que los padres hablen con sus
hijos sobre los temores: qué les da miedo, compartir
temores...por otro lado, los niños se encuentran tranquilos cuando los padres
les dicen que las nuevas situaciones que se van a presentar no son malas sino
que son necesarias para poder crecer.
¡Y sobre todo
ánimos, todos lo superan!